1971 a 1977

Rdo. José B. Valencia

Al renunciar el Rdo. González, la recién formada Asociación de Iglesias Bautistas Hispanas acudió en ayuda de la Primera, proveyendo predicadores para los servicios del día domingo. Algunos de los que suplieron el púlpito eran laicos capaces procedentes de las diferentes iglesias. El presidente de  la Asociación era una de esas personas, un laico miembro de la Iglesia Bautista Central de Brooklyn, el señor José Bonifacio Valencia.

El señor Valencia, nativo de El Salvador, América Central, había llegado dos años antes a la ciudad de Nueva York. En su país se había convertido al evangelio en la Primera Iglesia Bautista, pero luego se unió a la Misión Centroamericana, donde fue maestro de Escuela Bíblica y oficial de la iglesia. En 1967 volvió a las bautistas y se afilió a la Iglesia Bautista Emmanuel, en San Salvador. Como miembro de esta iglesia fue elegido presidente de la Asociación de Iglesias Bautistas de El Salvador (Convención Bautista Americana) y trabajó activamente en las iglesias de la Asociación.

En el año 1968 fue llamado como pastor laico de la Segunda Iglesia Bautista de San Salvador, pero sirvió allí por muy corto tiempo, saliendo hacia los Estados Unidos, a donde su esposa le había precedido. Tan pronto llegó a Brooklyn, donde se establecieron, Valencia se unió a la Iglesia Bautista Central, cuyo pastor era entonces el reverendo Soto Fontánez. Aquí otra vez sus habilidades fueron reconocidas y fue usado inmediatamente en el trabajo de la congregación. Vino a ser maestro de la Escuela Bíblica y luego tesorero de la iglesia. Cuando se organizó la Asociación, en octubre de 1969, en la Iglesia Bautista Central, fue elegido primer presidente de la misma.

Como presidente de la Asociación ocupó el púlpito en muchas ocasiones en la Primera Iglesia, que estaba sin pastor. Los miembros de la iglesia vinieron a conocerlo y a apreciar su vigorosa predicación bíblica. Aunque no tenía una preparación formal de seminario, cuando la iglesia decidió llamar pastor en propiedad pidieron al señor Valencia que aceptara el pastorado. El señor Valencia, que había estado trabajando como contable de una cadena de restaurantes, aceptó el llamamiento y dejó su trabajo de teneduría para venir a ser el pastor de la Primera Iglesia Bautista. Empezó en enero de 1971, pero no fue hasta septiembre 12 del mismo año que fue formalmente instalado como pastor.

Como pastor de la Primera Iglesia, el señor Valencia se confrontó al serio reto de una congregación en la cual la mayoría de la segunda y tercera generación son de habla inglesa y, aunque él tenía algún conocimiento del idioma, la comunicaci6n con este sector de la iglesia no le fue siempre fácil. Al mismo tiempo, en la década del ’60 las condiciones de la ciudad habían cambiado drásticamente y estos cambios fueron aún más drásticos en Harlem, donde ta iglesia está situada. La acción comunitaria y toda clase de activismo político parecían haberse apoderado del Barrio y algunas iglesias sufrieron a causa de esto. (No muy lejos de la Primera Iglesia Bautista, los Young Lords se posesionaron de la Primera Iglesia Metodista y la ocuparon por varias semanas.) El evangelismo del pasado, como había sido practicado por nuestras iglesias, vino a ser menos y menos el énfasis principal del programa de muchas congregaciones, para mortificación de los miembros más viejos que no podían entender qué estaba ocurriendo a sus iglesias. Habla una gran resistencia al cambio y muchas iglesias sufrieron un gran desquiciamiento.

Mientras era pastor de la Primera Iglesia Bautista, Valencia ayudó a organizar una agencia de acción comunitaria-Acción Cívica Evangélica de las Iglesias Hispanas- (la primera de esa naturaleza que obtuvo fondos del gobierno y comenzó un programa de almuerzos gratis en las iglesias hispanas). También auspiciaba un proyecto de adiestramiento y empleos para jóvenes, preparándolos para ingresar en el mercado laboral. Al mismo tiempo se comenzó un programa para ancianos hispanos en media docena de iglesias, algunas en Manhattan y otras en Brooklyn y en el Bronx, todo auspiciado por la agencia.

En su comienzo, todas estas actividades eran dirigidas desde las oficinas radicadas en el local de la Primera Iglesia Bautista, pero con tanta gente yendo y viniendo, el local de la iglesia sufrió el consiguiente deterioro, que era de esperarse. Esto trajo quejas de algunos de los miembros más antiguos. Las oficinas fueron mudadas a otro sitio y algún tiempo después el señor Valencia renunció como oficial de la agencia.

La Agencia continuó con bastante éxito por algún tiempo. Pero problemas de administración y personal fueron destruyendo su efectividad. Durante los últimos años las contribuciones del gobierno fueron cortadas, primero parcialmente y más tarde de un todo, de modo que sus recursos fueron muy limitados y sus servicios han sido disminuidos grandemente. El señor Valencia dejó de ser uno de sus promotores y eventualmente su relación con la agencia cesó de un todo.

En una iglesia como la Bautista, que pone énfasis en el ministerio del laicado, el señor Valencia ha podido usar sus habilidades innatas y dar liderazgo por un poco de tiempo a una congregación, en la cual hizo una buena contribución al trabajo hispano en la ciudad.

Después de 6 años en la dirección de la Primera, el señor Valencia decidió, por razones personales, renunciar al pastorado. Así lo hizo, y en abril de 1977 dejó su trabajo con la Iglesia Bautista. Más tarde dirigió por poco tiempo un grupo hispano que se reunía en la Iglesia de los Hermanos (Brethren Church) en la zona de Bay Ridge en Brooklyn; pero ha vuelto luego a su antigua profesión de contable. En 1980 aceptó el llamado de un grupo hispano en la Primera Iglesia Bautista de White Plains, al norte de la ciudad.