De 1921 a 1923

Rdo. Erasmo M. Bernier

En 1921 la Asociación Bautista de Puerto Rico (ahora Iglesias Bautistas de Puerto Rico) nombró al Rdo. Erasmo M. Bernier para representarla en la Convención Bautista del Norte que se celebró en Des Moines, Iowa, en junio 22 al 29.

El Rdo. Bernier vino a la Convención, pero al pasar por Nueva York se quedó con los ex-miembros de su iglesia en San Juan, la familia de José Toro en Brooklyn. Predicó al grupo recién formado, que ahora estaba en la Iglesia de la Sexta Avenida.

De las actas de las reuniones de la Asociación Bautista de Puerto Rico descubrimos que entre junio de 1921 y marzo de 1922 el Rdo. Bernier dejó su pastorado en Ponce y aceptó el llamado para ser sucesor del Dr. Woods, cuyo permiso sabático había terminado. Evidentemente, la familia Toro había comunicado su entusiasmo y habían convencido a su antiguo pastor a unirse a ellos en Nueva York.

Lo que sus primeras experiencias en Brooklyn pudieron haber sido, no lo sabemos. Sólo sabemos, otra vez de las minutas de las sesiones de la Asociación de Puerto Rico, marzo de 1923, que un mensaje del Rdo. Bernier fue leído a la asamblea pidiendo que orasen por él con una cita bíblica: Hebreos 13:19-21, la primera parte de la cual se lee:

“os ruego que lo hagáis así (orar) para que ya os sea restituido pronto”

Parece que sintió la nostalgia del sol de Puerto Rico, y un año más tarde volvió a la Isla y al pastorado en Puerto Rico, esta vez en San Juan. Este no fue el fin de su relación con la Primera Iglesia Bautista de Nueva York de la cual volvió a ser pastor algunos años más tarde. Como quiera que fue él un importante elemento en el trabajo hispano de la ciudad, debemos enterarnos más de sus antecedentes.

Erasmo M. Bernier nació en una prominente familia del pueblo de Coamo, en la parte sur de Puerto Rico. Oyó la predicación del Evangelio de labios del pastor de la recién organizada Iglesia Bautista de su pueblo, el Rdo. Genaro Marchán, y fue bautizado por el misionero Rdo. Leroy E. Troyer en septiembre 20 de 1905. Para ese tiempo era un joven maestro de escuela, y muy pronto comenzó a predicar en Coamo y sus cercanías.

En el 1910, cediendo a la insistencia del Rdo. A.B. Rudd, que era entonces misionero general para la Isla, don Erasmo, como era conocido por sus colegas y miembros de las iglesias, dejó su trabajo de maestro y se hizo obrero bautista. Si el propósito era probar su dedicación y resistencia para el trabajo, nada mejor que su primera asignación.

En julio de 1919 fue enviado a la iglesia rural de Sierra Alta en Yauco, arriba en las montañas escabrosas. Sin medios de transportación disponibles, tenía que andar a pie. Como resultado de esa experiencia, don Erasmo se convirtió en un gran “andador” y toda su vida optaría por caminar a pie. Aun cuando estaba ya en sus sesenta años siempre se mantuvo físicamente fuerte, andando muy derecho y con rapidez, y cuando vivió en Nueva York subía las múltiples escaleras de los edificios de vivienda con extraordinario vigor.

Después de 4 años en Sierra Alta fue trasladado a Río Piedras, donde estaba la Escuela Bautista, y allí recibió su educación teológica. De Río Piedras pasó a la Primera Iglesia Bautista de Ponce. En la asamblea celebrada en esa ciudad, marzo de 1921, Erasmo Bernier fue ordenado al ministerio Bautista la tarde del sábado 26, por un concilio presidido por el doctor Carlos S. Detweiler. También en dicha asamblea don Erasmo fue elegido por unanimidad para representar las Iglesias Bautistas de Puerto Rico en la Convención Bautista Nacional que se celebraría en Des Moines durante el próximo mes de junio. Como ya ha sido dicho, después de hacer esto, volvió al Norte para venir a ser pastor de la Primera Iglesia Bautista de Nueva York, donde estuvo esta vez por menos de dos años.

Durante su corto pastorado en Brooklyn ocurrieron varios cambios. La iglesia, que había sido organizada en el local de la Avenida Washington, se mudó en abril de 1921 al edificio de la Iglesia Bautista de la Sexta Avenida, siempre en Brooklyn (Lincoln Place y Sexta) con el entendido de que el grupo Hispano mantendría una organización aparte y sería responsable directamente a la Sociedad Bautista de Extensión.

El Rdo. Bernier salió al fin del año 1923. La señorita Albertina Bischoff continuó su trabajo entre la gente de habla hispana y en un informe que sometió a la Sociedad Auxiliar de Mujeres en 1923 ofreció las siguientes estadísticas:

Visitas a hogares916
Servicios dirigidos330
Asistencia a reuniones en la iglesia 4,503

Como puede verse por este informe, había mucha actividad en la nueva iglesia.